El funcionamiento de las bombas se controla mediante un par de imanes, el imán externo ubicado en el árbol del motor transmite el movimiento al imán interno integrado en el impulsor, herméticamente aislado. El impulsor de la bomba (impulsor cerrado) no está conectado físicamente al árbol del motor, por lo tanto se eliminan las juntas de sellado y, de consecuencia, las fugas de líquido provocadas por el desgaste. Algunas de las aplicaciones principales son la instalación en máquinas de laboratorio o equipos médicos, máquinas de revelado fotográfico, en la industria galvánica, química, de tratamiento de aguas, acuarios, plantas de filtración, intercambiadores de calor, en sistemas de recuperación de plata, en la industria gráfica y en los procesos de rayos X.